¿QUÉ ES EL RIESGO CARDIOVASCULAR?
Las enfermedades cardiovasculares son enfermedades que afectan a las arterias del corazón y el resto del organismo, principalmente el cerebro, los riñones y miembros inferiores. Las más importantes son: el infarto al miocardio y accidente cerebrovascular (trombosis, embolia y hemorragia cerebral), las mencionadas enfermedades son muy graves y la principal causa de muerte sobre todo en países desarrollados.
La mejor manera de combatir las enfermedades cardiovasculares es modificando nuestras conductas y hábitos, reduciendo al máximo los factores de riesgo relacionados con eventos cardiacos, los cuales se clasifican en dos grandes grupos: factores modificables (podemos intervenir para evitarlos) y factores no modificables (no podemos intervenir):
Factores no modificables: edad, sexo, raza y antecedentes familiares.
Factores modificables: hipertensión arterial, aumento del colesterol, diabetes, sobrepeso, obesidad, tabaquismo, sedentarismo, abuso de alcohol, ansiedad y estrés.
¿CÓMO SE PUEDE PREVENIR EL RIESGO CARDIOVASCULAR?
Algunas pautas generales para prevenir los factores de riesgo modificables podrían ser:
Evitar el sedentarismo
Lo ideal es hacer ejercicio todos los días, que sea algo incluido en la rutina diaria y adaptado a la edad y condición. Elegir una actividad que le agrade ya que resulta más gratificante, actividades como caminar a paso ligero, correr, montar bicicleta estática o cinta estática, saltar, subir y bajar escaleras, etc., son recomendables y accesibles a todo tipo de personas.
No se debe comer antes de hacer ejercicio. Llevar agua para evitar la deshidratación
Dejar de fumar.
Control del colesterol
Evitar en la dieta grasas saturadas, presentes especialmente en los alimentos de origen animal, y de ácidos trans., presentes en comidas rápidas y margarinas. Consultar a su médico.
Control de la tensión arterial
Se debe controlar el consumo de sal (evitar precocidos y embutidos) y llevar una alimentación equilibrada rica en frutas, verduras y hortalizas. Evitar el consumo de alcohol, limitar el de la cafeína y no fumar; el tabaco desencadena elevaciones pasajeras de la presión y es un factor de riesgo para sufrir cardiopatía.
